Una Aparente Violacion del Principio de No Contradiccion: El Caso de Los Azande Nuevas Perspectivas Patricia Morey and Sandra Vi Sokolskis
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1. INTRODUCCION Un agente racional es aquel que evita incurrir en contradicciones y si las tuviera intentaría desecharla de su sistema de creencias. Como dice Lukes, el principio de no contradicción es tomado como uno de los más fundamentales -quizás el más fundamental- de los principios en el marco de la racionalidad (Lukes, 1970). Sin embargo esta visión ha sido sistemáticamente puesta en duda y de hecho los estudios sobre las inconsistencias han proliferado en los últimos años. (Newton da Costa y Steven French, 1995), abriendo el camino a posiciones fuertemente escépticas. La cuestión es decidir si el principio de no contradicción se fundamenta de manera a priori o si requerimos de estudios empíricos para entender el alcance , profundidad y límites de su aplicación en el lenguaje natural. Si la racionalidad de los lenguajes naturales y de las teorías científicas fuera a priori, la definición misma de racionalidad definitivamente supone coherencia. Si la racionalidad es un concepto en evolución se incorporarán las diferentes ciencias que contribuyan a la elucidación de la temática. Se han utilizado especialmente la antropología en su descripción de otras culturas y la psicología en el estudio de los mecanismos cognitivos usuales, para reflexionar acerca de este principio, fundamento de las lógicas tradicionales. (1) El caso más famoso y polémico de supuestos conjuntos de creencias inconsistentes es el estudio antropológico que realizó Evans-Pritchard (1937) sobre los Azande, en especial sobre sus creencias en relación a la brujería, la hechicería y los oráculos. Este estudio ha sido citado como ejemplo de las violaciones sistemáticas del principio de no contradicción y por lo tanto puesto como paradigmático de la relatividad de la lógica y de los sistemas de creencias racionales ya que la exigencia de coherencia no es trascendental sino que se legitima dentro de culturas específicas. En este artículo quisiéramos revisar las posturas que se han tomado en relación a las inconsistencias de los Azande, analizar las posibles consecuencias de cada una de estas posiciones y defender la idea de que la aceptación parcial de inconsistencias no significa relativismo. El medio elegido para lograr este objetivo es el recurso de lógicas no clásicas. Concretamente presentaremos dos casos: en respuesta a interpretaciones apoyadas fuertemente en la lógica deductiva, tomaremos las lógicas no monotónicas e intentaremos mostrar la conveniencia de su adopción. Y, a fin de aclarar una supuesta "indiferencia hacia las contradicciones" de parte de los Azande manifestada por Evans-Pritchard, se analiza la viabilidad de la propuesta de da Costa y French (1995)con la propuesta de utilización de estructuras parciales. 2. EL TRABAJO DE EVANS PRITCHARD SOBRE LOS AZANDE. Creemos que es posible diferenciar dos cuestiones fundamentales en Brujería, Magia y Oráculos entre los Azande, el famoso y discutido libro de Evans-Pritchard. (2) Por un lado las explicaciones que hacen en relación a la herencia por sexo de la brujería que los conducen a conclusiones contradictorias y por otro lado el sistema holista de creencias que resiste cualquier falsación empírica. El antropólogo curiosamente no sólo registra lo que ha observado de la práctica cotidiana de los africanos, sino que también en numerosas ocasiones relata como él les replica, les discute y los enfrenta con sus propias convicciones, para conocer hasta qué punto están dispuestos a admitir las incoherencias. (3) La brujería es un factor normal de la vida de los Azande, al que se remiten todos los acontecimientos. Los Azande, como dice Evans Pritchard, creen que algunas personas son brujos y que mediante un acto psíquico, pueden hacerles daño. La brujería consiste en una sustancia de los cuerpos de los brujos, que se hereda, transmitiéndose por filiación unilineal de padre a hijo. "Todos los hijos de un brujo son brujos, y todas las hijas de una bruja son brujas, pero los hijos no", afirma el autor. (4) Si a esto se le agrega que "el clan Zande es un grupo de personas relacionadas a través de los hombres", debería concluirse lógicamente que todos los hombres del clan son brujos. En una frase citada por numerosos pensadores, Evans Pritchard dice: "Los Azande entienden el sentido de este razonamiento, pero no aceptan sus conclusiones y de hacerlo pondrían en contradicción toda la noción de brujería". (5) El otro aspecto de las creencias Zande es el conjunto de creencias sobre magia, oráculos y brujerías que se justifican mutuamente y que explican todos los fenómenos sociales y naturales. Es un sistema de ideas y prácticas recíprocamente interdependientes (pág. 478). En un párrafo significativo afirma: "Los Azande observan la acción del veneno como nosotros la observamos, pero sus observaciones siempre están subordinadas a sus creencias y se incorporan a sus creencias, las explican y las justifican." (pág. 299) No existe argumento que pudiera falsear la convicción de los Azande en el poder de la brujería y la magia. Lo interesante del estudio del razonamiento de este pueblo primitivo es que el sistema de creencias mágicas es tan coherente, que ante cualquier inconsistencia con un fenómeno particular se incorpora esta experiencia de manera tal que justifique el conjunto. Los oráculos siempre son correctos para los nativos, ya que los aciertos y también los errores le demuestran su infalibilidad. Si se da el caso de que el oráculo se equivoca se explica porque ha estado interferido por algún otro poder misterioso, como por ejemplo la hechicería, o porque ha existido una mal procedimiento en la ejecución del mismo, pero nunca se pone en cuestionamiento la eficacia de sus pronósticos. La cultura -como señala Evans-Pritchard- le proporciona un número de explicaciones dadas para las contradicciones del oráculo y él elige la que considera más adecuada para la ocasión. Las pautas del comportamiento ritual y las creencias místicas son más fuertes que su agudeza experimental. Nunca se sorprenden de que los acontecimientos contradigan los resultados de los oráculos, sino que posiblemente expliquen la contradicción a partir de un conjunto diferente de creencias místicas. Nunca cuestionan las virtudes del oráculo sino que buscan una explicación para la situación concreta en que se realizó. 3. INTERPRETACIONES POSIBLES EN RELACION A LA DESCRIPCION ANTROPOLOGICA. Este polémico texto ha dado lugar a diversas interpretaciones, ya que sus afirmaciones son profundamente provocativas para una concepción tradicional de racionalidad. Intentaremos una categorización de la postura de diferentes pensadores provenientes de varias tradiciones intelectuales que han desarrollado fuertes controversias filosóficas alrededor de esta obra. 1. Los nativos son irracionales, nosotros somos científicos. Los Azande son tan inconsistentes en sus creencias como tantos otros pueblos primitivos que no han llegado al estadio de logicidad ni de cientificidad de otras culturas más desarrolladas, lo que supondría también mantener una diferencia fundamental con la cultura occidental, especialmente la europea, que utiliza principios lógicos y explicaciones causales para entender fenómenos. Bertrand Russell en algunos de sus escritos adopta esta postura de superioridad radical y de separación nítida entre la visión mágica y mística de los pueblos primitivos y las culturas civilizadas que buscan explicaciones científicas y causas materiales de los sucesos naturales y los acontecimientos sociales. (6) Pero la consecuencia tal vez inesperada para sus defensores es que adoptar esta visión dualista - entre los pueblos primitivos que no reconocen el principio de no contradicción y los pueblos civilizados que sí lo hacen - implica que un supuesto principio básico como el de no contradicción, no es universal y característico de la especie, sino que se encuentra limitado a algún estadio superior del desarrollo humano. Tiende a un inaceptable imperialismo cultural: nuestra cultura racional y superior, sus costumbres bárbaras e inferiores. 2. "La inconsistencia puede entenderse en la contextualidad de la cultura" Los Azande son lógicos en su propia cultura, ya que existe una logicidad situada, que puede incluir ciertas inconsistencias. En esta postura relativista, el principio de no contradicción es propio de la sociedad occidental, y ésta no es superior sino distinta a la lógica de otras culturas. Los esquemas conceptuales alternativos constituyen otro tipo de justificación y de racionalidad, como dice Evans-Pritchard, la brujería tiene su propia lógica (pág. 79). Peter Winch va más allá de Evans-Pritchard en la consideración de la contextualidad del pensamiento, ya que afirma en Comprender una Sociedad Primitiva: "llega un punto en que ya no estamos siquiera en situación de determinar qué es y qué no es coherente en tal contexto de reglas sin suscitar cuestiones acerca del sentido que tiene seguir esas reglas en la sociedad" y afirma que los conceptos usados por los pueblos primitivos sólo pueden interpretarse en el contexto del modo de vida de esos pueblos. (7) Los representantes del programa fuerte de sociología del conocimiento como Barnes y Bloor, comparten esta posición, para quienes la lógica no es más que patrones compartidos de pensamiento, socialmente seleccionados. Si se presiona en esta dirección se llega a la inconmensurabilidad de las culturas, cada una con sus propios valores, lenguas y sistemas lógicos. Así como el punto 1 supone una sola lógica universal, ésta implícitamente apunta a la multiplicidad de lógicas ya que es un fenómeno local, tan diverso como las culturas. Pero si las lógicas fueran totalmente diferentes, la traducibilidad se haría imposible, ya que se requiere al menos la presunción de una cierta consistencia en las creencias, y entre creencias y acción para comprender a otras culturas. (8) Otro argumento importante en relación a creencias contradictorias (9) es que cuando se las relaciona con la práctica, deben ser resueltas. 3."Los Azande razonan deductivamente." Para algunos autores como Tripplet y Salmon, Evans-Pritchard no ha hecho una lectura ajustada de las respuestas de los Azande, ya que los ejemplos que utiliza demuestran en realidad que sus respuestas son tan lógicas como la de un occidental. Triplett (1988) presenta el argumento relativo a la transmisión hereditaria de la brujería citado arriba, de la siguiente manera: P1 : Todo brujo posee la sustancia y todo aquel que posee la sustancia de brujería es brujo. P2 : La sustancia siempre se hereda a través de la misma línea sexual del brujo. P3 : El hombre A y la mujer B son ambos brujos. P4 : Todos en el clan L descienden biológicamente de A o de B. ___________________________________________ C : Todos en el clan L son brujos. Desde un punto de vista deductivo, los Azande deberían concluir C. Sin embargo, no la aceptan. En su defecto, agregan a continuación que P1 en realidad no es tal, ya que la sustancia puede estar "fría", i.e. inoperante en algún individuo, y, en ese caso, no convertir al miembro del clan en un brujo. Así los Azande, en esta situación, revisan sus creencias, se ajustan al patrón deductivo corrigiendo sus argumentos. Según Triplett, los Azande descartan la premisa P1 debido a que los lleva a concluir C, que contradice sus creencias. (10) Cabe acotar que Evans-Pritchard parte también del supuesto deductivo (monótono) como transfondo de toda su presentación: "Las posteriores elaboraciones de la creencia liberan a los Azande de tener que admitir lo que a nosotros nos parecen las consecuencias lógicas de la creencia en la trasmisión biológica de la brujería".(Evans-Pritchard, pág.50) La monotonía, junto con la transitividad y la reflexividad son las tres propiedades que caracterizan la relación de consecuencia lógica en el razonamiento deductivo. Que la relación de consecuencia sea monótona quiere decir que preserva toda proposición que haya sido previamente afirmada. Una vez que se arriba deductivamente a una conclusión, permanece en dicho estado , no importando qué premisas agreguemos o quitemos a posteriori de haber extraído la misma. En este sentido, se destaca el carácter local de esta propiedad. Por el contrario, el razonamiento no monótono se basa en una dependencia respecto de las incorporaciones posteriores a la afirmación de una proposición. Aquello que en un momento fue aceptado como válido, puede perder dicha condición ante nueva información. Suele emplearse como un método que permite cambios en el razonamiento por transformaciones en un hecho o creencia expresado a través de una proposición. Hay diversas circunstancias (las cuales pueden darse conjuntamente) donde el razonamiento no monotónico puede ser apropiado: cuando el conocimiento es incompleto, o representa un determinado universo de discurso cambiante y se necesita rectificar lo asumido previamente , o cuando se trabaja con suposiciones temporales. Volviendo al caso de los Azande, si asumimos que el conocimiento que tenemos de sus creencias de los Azande es incompleto y fragmentario, entonces estamos en condiciones de aplicar razonamientos de tipo no monotónico. Nuestra presentación cuestiona la lógica tradicional deductiva como instrumento único y necesario de adecuación del discurso natural de los Azande en torno a la brujería. Analizando ahora el argumento arriba expuesto desde una perspectiva no monótona, interpretamos el proceso inferencial como sigue: ante una conclusión inconsistente con sus creencias, los Azande revisan el argumento y encuentran otra creencia (asociada con la no operatividad de la sustancia en un sujeto). Ya no eliminan P1 simplemente, sino que la reformulan agregando a su vez P5 al cuerpo de creencias representado por los enunciados arriba expuestos, más todas sus consecuencias lógicas. P1 se sustituye por su equivalente R1 & R2 donde R1: Si un miembro del clan es brujo entonces posee la sustancia. R2: Si un miembro del clan posee la sustancia entonces es brujo. Los Azande eliminan R2 (operación de contracción),y luego agregan P5 (operación de expansión): P5 : Si un miembro del clan posee la sustancia de manera activa entonces es brujo. De acuerdo a la última cita de Evans-Pritchard, cuando el mismo afirma que "...ellos no concluyen como nosotros..." , querría decir, desde su perspectiva, que los Azande no concluyen monotónicamente como él lo haría concluyendo C, y, desde la óptica no monótona, significaría que son capaces de revocar sus creencias y reformular sus argumentos sin necesidad de asumir contradicción alguna. Si esto último fuera así, entonces dejarían de tener sentido las explicaciones que afirman indiferencia frente a las contradicciones de parte de los Azande. Parecería que las interpretaciones de Triplett y la propuesta dada aquí conforman dos juegos lógicos equivalentes, en tanto que, en el primer caso se elimina una premisa y desaparece la conclusión, salvando así la consistencia global, y, en la segunda versión se agrega una hipótesis y reformula otra, logrando el mismo efecto de eludir la contradicción. Sin embargo esta equiparación es ficticia ya que, en el caso deductivo, la consistencia funciona globalmente, y en el no monótono, la consistencia opera de manera local y fragmentaria. Esto último no es casual: lo que se intenta justamente es representar cómo se desarrolla la dinámica de creencias de los Azande, cómo ellos actualizan su estado de creencias como resultado de nueva información. Y esto pareciera realizarse no mediante el rechazo de una conclusión que se tomara como falsa, sino como una de tantas consecuencias lógicas (y, además una indeseable) que se podrían concluir a partir de un conjunto incompleto de creencias. Recordemos que es posible que un mismo individuo registre varios conjuntos consistentes e incompletos de creencias que operan simultáneamente, sin que por ello deje de ser globalmente inconsistente. Si pudiéramos disponer del total de creencias, seguramente hallaríamos contradicciones. Pero este no parece ser el caso, ya que en la práctica sólo operamos fragmentariamente. Podemos interpretar entonces que los Azande han hecho un desplazamiento desde un conjunto inicial de premisas representantes de sus creencias hacia otro conjunto de enunciados con intersección no vacía con el primero, al cual eventualmente se le agregan creencias que actualizan la información. Frente a la propuesta fragmentaria, la posición de Triplett parece ser un tanto idealista en presuponer implícitamente que un sujeto puede operar permanentemente con el total de creencias que lo gobiernan, que es capaz de abarcar simultáneamente el cuerpo completo de supuestos. Su propuesta global es coherente con los procesos refutatorios típicos del deductivismo y con la caracterización de la monotonía como una propiedad libre de contexto, pero no parece responder a los textos siguientes de Evans-Pritchard, punto de partida de nuestra interpretación: "Los Azande no perciben las contradicciones entre sus creencias porque no todas sus creencias se tienen en cuenta al mismo tiempo, sino que operan en distintas situaciones. Por tanto, no entran en contradicción." (pp.436). 4. "Las inconsistencias de los Azande son similares a los que ocurren en los lenguajes naturales." Los Azande violan el principio de no contradicción, como se hace normalmente en el lenguaje natural. La gente mantiene la consistencia entre creencias en la medida en que no requiera cuestionar otras ideas firmemente establecidas. Una importante como novedosa interpretación del pensamiento zande lo realizan Newton da Costa y Steven French quienes trabajan las inconsistencias acomodándolas a estructuras parciales. Este tipo de resolución, que producen alternativas a la lógica tradicional - así como lo hacen las no-monotónicas - permite un reflejo más exacto de nuestras circunstancias doxásticas normales e incorpora un elemento de falibilidad a nuestras creencias. Lo interesante de esta aproximación es que se caracteriza a las creencias a través de representaciones semi-proposicionales. El punto a destacar es la indiferencia con que en algunas ocasiones los Azande según Evans-Pritchard responden a las contradicciones, o que evitan ver las inconsistencias cuando se les presenta el argumento. Los autores exploran la posibilidad de que la lógica Zande sea paraconsistente, donde la inconsistencia no deriva en trivialidad. Si partimos de la base de que las creencias son un sistema dinámico y limitado de información, la idea de que constituyen sólo mapas parciales de los dominios relevantes es sumamente atractiva. En esta aproximación la estructura parcial es un modelo donde las relaciones entre los elementos no están completamente especificadas, a pesar de lo cual son útiles en la adecuación a la realidad. Newton da Costa y French se apoyan en Sperber (1982) en la distinción entre creencias "de facto" y "representacionales", las primeras pueden ser evaluadas con teorías correspondentistas de verdad, las segundas, como "representaciones semi-proposicionales" evaluables como parcialmente verdaderas, ya que su conocimiento es vago e incierto. Si esto es así se diluye el problema de la inconsistencia, ya que las representaciones son incompletas y no verificables, lo que permite una unión laxa con otras creencias. Además en la mayor parte de las situaciones cotidianas no existen reflexiones teóricas que hagan evidentes las contradicciones. En general las personas toman decisiones con un conjunto finito de creencias en situaciones particulares. Estos conjuntos forman un sistema incompleto de nociones con asociaciones sueltas, que funcionan en fragmentos, como decía Evans-Pritchard. La tesis de da Costa y French es que estas creencias incompletas pueden ser modelizadas por estructuras parciales que pueden acomodar sus aspectos incompletos. Simplemente no existe inconsistencia, porque no hay creencias factuales. Las creencias naturales no son proposiciones ni hechos precisos que pueden ser decididas terminantemente sino que son representaciones generales a las que se considera suficientes para dar cuenta de la realidad con un grado de precisión menor. Por eso no pueden determinarse con precisión los valores verdadero ni falso para estas representaciones ambiguas. Ante la contradicción la lógica por sí sola no es suficiente para decidir cuáles creencias desechar y cuáles retener cuando se realiza un procedimiento de revisión de creencias. Y ante la disyuntiva entre admitir una contradicción o modificar una creencia no cuestionada socialmente, se suspende el juicio. ALGUNAS CONCLUSIONES Las posiciones 1 y 2 presuponen una diferencia entre los Azande y las culturas occidentales, la primera interpretando las inconsistencias como de un estadio inferior de evolución, la segunda aceptando tipos de razonamiento diferentes; en cambio las posiciones 3 y 4 defienden una manera común de razonamiento pero variando la concepción de lógica tradicional. Si de lo que se trata es de caracterizar el tipo de razonamiento natural y no de construir un lenguaje artificial donde se minimizan las imprecisiones, se justifica utilizar lógicas alternativas. La ventaja de adoptar estas lógicas para la modelización de sistemas de creencias es que escapan a las consecuencias indeseables de un racionalismo muy excluyente, o de un relativismo que conduzca a la inconmensurabilidad. Una versión minimizada de racionalidad puede a su vez pretender ser representativa del pensamiento cotidiano de los sujetos y de mayor alcance. Esta re-interpretación de la inconsistencia conduce a una visión más débil de la racionalidad y coloca a la lógica en una posición menos estéril en la descripción del razonamiento cotidiano. |
Notes (1) Ver Cherniak (1986). (2) No son las cuestiones sintetizadas aquí, las únicas reveladoras de la particular manera de relacionarse con los fenómenos naturales y sociales de los Azande. Hemos dejado de lado los ejemplos que señalan la poca importancia que se le otorga a la experimentación, las escasas o equivocadas explicaciones causales, la incapacidad de realizar generalizaciones de sus experiencias, y el escaso interés teórico que demuestran en su vida cotidiana en contraposición con la fuerte influencia de la tradición y las explicaciones míticas. Sólo hemos querido resaltar en estas citas, aquellos aspectos relacionados con las incoherencias aceptadas o no reconocidas al ser cuestionados por Evans-Pritchard al respecto. (4) Ver op. cit. pág. 49. (5) Op. cit. pág. 50. (6) Ver B. Russell en Science and Tradition (1953).Pág.2 (7) Ver P.Winch (1987) pág. 58 y sig. (8) El relativismo holista conduce a la inconmensurabilidad, problema salvado por el Principio de Caridad que presupone una base común de entendimientos mutuos y una referencia conjunta de un mundo exterior común. (10) Triplett, en un primer paso de su análisis, considera la primera componente de la conjunción dada aquí como P1, y, a partir de allí muestra fehacientemente que el razonamiento seguido no permite concluir C, desde una lógica aristotélica. Luego propone la conjunción completa,y, aún allí logra su objetivo, reforzando su argumento acerca de la posesión por parte de los Azande, de un proceder lógico análogo al occidental, coincidiendo entonces en la existencia de un único criterio de racionalidad posible: el modelo deductivo. Nuestra crítica a Triplett va por otra vía, que se expondrá a continuación. Bibliografia -Alchourrón, C.E. (1995) Concepciones de la Logica, en Alchourrón,C et al. Enciclopedia Iberoamericana de Filosofía . Lógica. De. Trotta. Madrid. -Carnota, R. (1995) Lógica e Inteligencia Artificial. En Alchouron et al. -Cherniak, C.(1986) Minimal Rationality, MIT Press. Cambridge. -da Costa and French Steven (1995) Partial Structures and The Logic of Azande. American Philosophical Quarterly. Vol32. No.4. Oct. -Evans-Pritchard,E.E (1937,1976) Brujería, magia y oráculos entre los azande. Editorial Anagrama. Barcelona. -Lukes, Steven (1984) Some Problems about Rationality. in B.R.Wilson ed. Rationality. Blakwell. -McDenmott,D. V. and Doyle,J (1980) Non Monotonic Logic. Artificial Intelligence. 13. -Sperber, D. (1982) "Apparently Irrational Beliefs" in M. Hollis and S.Lukes, (eds) Rationality and Relativism; MIT Press. -Tripplet, T (1988) Azande Logic versus Western Logic? British Journal for the Philosophy of Science, vol. 39. |