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Teaching Philosophy

Filosofía, Educación y Rock

Ernesto Gustavo Edwards, Alicia M. Nica Pintus

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ABSTRACT: Our proposal suggests an alternative method of teaching philosophy systematically in a scholarly and academic way by drawing a meaningful connection between studies and real life. From a different perspective, our 'texts' will be those with which our students are most acquainted: rock music. We discuss the fundaments of meaningful learning, show how philosophy can be related to rock music, and apply this relation pedagogically. Taking the concept of freedom as an example, we use texts from traditional philosophical thinkers as well as lyrics from Argentinian rock musicians and songwriters in order to focus student reflections on the topic. The student establishes a dialog with rockers that allows them to begin philosophizing by interpreting, dissecting, analyizing, and discerning texts in both traditions. This project has emerged slowly from a prolonged educational experience and in-depth research and reflection. Our focus is on planning, developing, and evaluating an original educational program.

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Como desarrollamos en Rock y Escuela, Aprendizaje significativo es una fórmula muy difundida en los últimos años, asociada a la necesidad de que los educandos integren los aprendizajes escolares de modo más provechoso tanto para la aplicación práctica específica de los mismos, como para la relación de esos aprendizajes con el significado que puedan ocupar en su cotidianeidad. Generalmente estos términos se utilizaron para designar un tipo de aprendizaje opuesto al calificable como memorístico o mecánico, en los que habría una ausencia de comprensión de los elementos que integran los conceptos a aprehender.

Acerca del citado aprendizaje siginificativo se ha ocupado, fundamentalmente, la corriente cognitiva en sus diversas vertientes, que historicamente sitúa sus inicios en los desarrollos de la escuela de la Gestalt, con las investigaciones de Köffka, Köhler y Wertheimer, distinguiendo entre recepción y descubrimiento, vinculado con el carácter más o menos activo del alumno frente al conocimiento. Aunque cuando hablamos de enfoques pedagógicos, podríamos decir de estas ideas, que son propias de un enfoque constructivista, sin que esto represente una contradicción entre unos y otros conceptos. Sería adecuado señalar que podrían ser considerados como diferentes perspectivas complementarias de un mismo fenómeno a analizar.

Si bien ambos términos ofrecen una polisémica interpretación que hace ambigua la comprensión unívoca de los conceptos implicados; podríamos señalar que la mayor oscuridad significativa ha estado localizada en el significado de significativo. Así, significativo ha estado ligado a lo emocional. Y entonces, hablar de un aprendizaje significativo habrá sido hacerlo de un tipo de aprendizaje que le interese al educando, que apunte a lo que él quiere o siente ganas de aprender. Necesitamos del concurso de la voluntad del otro para que el aprendizaje se produzca, y nadie puede aprender por cada uno de nosotros, sino que es una actividad que se realiza de modo individual aunque el docente participe como guía o facilitador. Una de las acepciones de significativo tiene relación con el interés y el deseo. Pero no siempre estamos deseosos de aprender aquello que no nos aparece como útil y valioso (recordar que para nuestra autonomía, algunos conocimientos serán necesarios aprenderlos, y bien deben rememorar los padres, el anecdotario de dificultades que han padecido en orden a que reconociérmos la importancia de tales aprendizajes).

Así, podemos afirmar que no es éste el único sentido, sino que aparece otro, insoslayable, complementario del primero, evidenciando el valor de estas teorías en su aplicación práctica respecto de la sistematicidad propia del ámbito escolar. Nos referimos al significado lógico del concepto significativo. De tal manera, no sólo aprendemos aquello que deseamos. Dado que los conjuntos de conocimientos tienen una lógica interna, u orden disciplinario que es la estructura epistemológica de cada ciencia, que es necesario respetar para comprenderlas, así también, aprendemos con mucha más facilidad cuando los conocimientos que debemos hacer propios exhiben una unidad, una coherencia o un plexo relacional por el cual nos podemos mover. Este orden deberá tener en cuenta también al sujeto del aprendizaje con su situación particular, esto es: cuáles sean sus posibilidades reales de aprehender aquello que se le presenta como un todo relacionado y armónico (dependerá de ciertas constantes vinculadas a la edad, aprendizajes previos, estimulación, etc., como así también a innumerables circunstancias personales).

En síntesis, será más sencillo aprender: a- cuando aquello nuevo que debemos incorporar está graduado y secuenciado respetando la lógica interna de la disciplina ( parte de una totalidad que podemos armar como si fuera un puzzle) y también compatibilice ese ordenamiento con las capacidades que evolutivamente estamos en condiciones de poner en funcionamiento; b- cuando lo nuevo esté ligado a nuestros aprendizajes previos, nuestra propia enciclopedia, e incluso a nuestros conocimientos vulgares sobre el tema; y c- cuando resulta interesante.

Cuando pensamos en la filosofía como aquella perspectiva desde la cual vemos al mundo, buscando hacer comprensible la realidad, la filosofía vuelve a sus orígenes, se reencuentra consigo misma, se distancia de los profesores, acercándose a los filósofos, y aunque sigamos usando un sustantivo, adquiere la fuerza y el dinamismo de un verbo, se torna filosofar y es reflexión pura; reflexión para la acción, y en definitiva, tiene un sentido último y fundamental que está conectado a la felicidad, poseyendo como misión servir para que vivamos una vida mejor.

Pero la filosofía de los colegios, denominablemente académica, está ostensiblemente alejada del ideal en el que coincidían hace tantos siglos ya, estoicos y epicúreos: la filosofía debía ser maestra de la vida. Y ciertamente, ¿para qué nos sirve si no es para vivir mejor? Sin embargo, para que su aprendizaje sea significativo, y siguendo sugerencias que podemos extraer de concepciones cognitivas y constructivistas, podríamos decir que se debería cumplir con ciertos requisitos (facilmente inferibles): a-Que los temas y sus diferentes aspectos, sean de interés del alumno (aunque el programa de una asignatura no pueda conformarse exclusivamente de acuerdo a centros de interés, pues podría darse tener tantas temáticas como alumnos en cada clase; pero sí quizás, considerar las diversas inquietudes para los primeros contenidos a desarrollar, o hallar desencadenantes para cada unidad, que puedan ser significativos a nivel emocional). b-Que respetando el orden lógico de la disciplina no descuiden las posibilidades evolutivas de los alumnos (por ejemplo si sostenemos una postura realista quizás insistamos obstinadamente en comenzar por la problemática metafísica, porque primero sería el ser y luego el conocimiento... y temas como éstos exigen un grado de abstracción, donde no se puede apelar a lo concreto bajo ningún punto de vista, que hace dificultoso en extremo su comprensión). Así, será conveniente iniciar los procesos de reflexión por cuestiones que sean más tangibles y que constituyan temáticas donde la imaginación todavía ocupe un lugar en los pasos primordiales de la reflexión. c-Que se contemplen los aprendizajes previos de los alumnos, realizando un trabajo de exploración y explicitación de los elementos que construyen la propia visión del mundo para compararlos con lo que pensaron los filósofos. Que se parta de los conocimientos anteriores de los alumnos, orientándolos para que puedan descubrir su propia cosmovisión.

Una de las formas posibles de lograrlo es acercarse a lo que es connatural a nuestros jóvenes, como la música que aprecian y conocen, aún cuando no hayan hecho de ella una lectura filosófica. Justamente esa será la tarea de relacionar filosofía y rock en el ámbito de los aprendizajes sistemáticos reservados a la institución escolar. Podría haber muchas otras formas de abordaje. Ésta que se está proponiendo no es exclusiva ni excluyente. Es en la que se han concentrado los esfuerzos en los últimos años de investigación y han brindado satisfacciones reconocibles.

Conectando Filosofía y Rock

Hoy podemos aproximarnos a la problemática educatica a partir de un abordaje inédito. Y como de actualizarnos se trata, vale intentar nuevos caminos.

La filosofía no es solamente un saber reservado para unos cuantos iniciados, en condiciones de elaborar una adecuada exégesis de un intencionalmente complejo y tecnicista autor. Ya lo afirmaba J. Austin: para tratar los temas filosóficos hay que usar un lenguaje llano, debemos evitar la jerga altamente especializada -generalmente incomprensible-, que muchos consideran indispensable para filosofar. Asimismo, insistimos en que en la actualidad, recuperando su sentido originario, es una reflexión sobre la vida del hombre, la realidad, sus preocupaciones, sus dudas, sus miedos. Si coincidimos en que la filosofía es amor por la sabiduría, en que hay una necesidad de saber, una inclinación por el conocimiento; por descubrir, por desocultar la verdad; y que también es pensarse a sí mismo, habremos dado un gran paso: coincideremos en que que la filosofía debe, y hoy puede, estar al alcance de todos, sin distinción de ningún tipo.

En la actualidad, con la alta tecnologización mass-mediática, no necesitamos como soporte material del mensaje filosófico, un texto con forma de libro tradicional. En esta posmodernidad en la que los mensajes se enuncian fragmentadamente, en una sucesión vertiginosa de imágenes, apoyando el enunciado literario-musical de algún intérprete de rock, y presentado como un reconocible video-clip, el cual no sólo es mirado por el adolescente conocedor del grupo de sus preferencias, sino al que tenemos acceso los adultos ejercitados en el arte de la hermenéutica, se nos hace muy evidente que existen casos puntuales de manifestaciones que contienen un intrínseco, pero a la vez comunicable valor filosófico. Hoy no es pensable como preocupación predominante, al estilo presocrático, una reflexión sobre los elementos primordiales. Ahora, la propuesta consiste en analizar qué hay de filosofía en el rock que consumimos, del que reconocemos que no podremos obtener una información definitiva o un discurso lineal, pero que será la base, como motivador inicial, de futuras lecturas más complejas.

Pero esta introducción sería prescindible si no estuviera direccionada a presentar una nueva manera de acceder a la filosofía, posible a partir de la que hay en el rock, tomado como elemento instrumental. Lo que no significa descartar a los grandes filósofos o no trabajar con las grandes corrientes o problemáticas, sino encontrarlas en los textos de rock, para después facilitar el acercamiento del alumno a esa lectura. Lo que implica dominar en profundidad no sólo la disciplina filosófica, sino también el rock, que los alumnos conocen, pero lo que se propone es una lectura diferente, que podría dar lugar a un trabajo interdisciplinario, por utilizar nociones de ciencia política, economía, historia, antropología, sociología, etc.

Formas posibles de aplicación

Aquí nos servirá de marco el denominado rock nacional argentino, originado en Rosario de Santa Fe de la mano de Litto Nebbia al descubrir la necesidad de expresar su inconformismo e insatisfacción en su propio idioma, con las primeras letras originales, inicialmente ingenuas, y que no tardarían en comprometerse con explícitas denuncias sociales. Una recorrida por sus grupos más trascendentes nos obliga a mencionar a Los Gatos, Manal, Almendra, Vox Dei, Sui Generis, Serú Girán, Virus, Sumo, Los Abuelos de la Nada, los Redonditos de Ricota, e individualidades como García, Spinetta, Soulé, Solari, Páez, Prodan, Gieco, y Calamaro, entre algunos otros, como exponentes del rock con mensaje. Pero admitamos que no todo el rock contiene filosofía.

A modo de ejemplo, si quisiéramos enseñar el tema de la libertad, a los efectos de una ilustración ejemplificadora acerca de las posibilidades didácticas de nuestra propuesta, podríamos utilizar este concepto como existenciario eje. En el contexto filosófico, y también en el universo del rock, esta problemática ha sido recurrente, cuyo concepto se ha comprendido de diversos modos. En 1970, Moris ofrece una visión ingenua de la libertad, perdida a causa de los otros, cuando un oso es enjaulado y no lucha por recuperarla. Una libertad que se añora, y a la que se retorna casi por azar, después de haberse conformado a cambiarla por seguridad. En el circo me enseñaron las piruetas,/ y yo así perdí mi amada libertad (El oso). Pero no nos olvidemos qué dicen algunos filósofos diplomados: Respecto de la libertad, Aristóteles buscó coordinar el orden natural y el moral mediante la noción de finalidad, siendo en el hombre la tendencia natural hacia la felicidad, mediante una acción voluntaria y una elección. Más tarde, Agustín distinguiría entre libre albedrío como posibilidad de elección, y libertad como realización del bien con vistas a la beatitud. Pero no basta con saber lo que es el bien: es menester poder inclinarse efectivamente hacia él. Para Santo Tomás, el hombre goza del libre albedrío, y su voluntad es libre de coacción, la cual es impulsada por el entendimiento, que aprehende el bien como su objeto propio. En los albores del rock argentino, Gustavo Santaolalla a través de Arco Iris, en Es nuestra libertad, aún sin conceptualizarla pensaba que duermo sin esperar, corro sin escapar, y si te doy una palabra, es nuestra la libertad. En 1973, León Gieco edita En el país de la libertad: Búsquenme donde se esconde el sol,/ donde exista una canción./ ...donde se detiene el viento,/ donde haya paz o no exista el tiempo./ ¡Búsquenme! Me encontrarán,/ en el país de la libertad. Charly García, máximo exponente histórico del pensamiento rockero argentino, escribe El fantasma de Cantervielle, cuyo texto original fuera censurado y sólo conocido clandestinamente: ...siempre fuí un tonto que creyó en la legalidad./ Ahora que estoy afuera, ya sé lo que es la libertad. En los '80, Luis Alberto Spinetta, filósofo místico del rock, en Maribel se durmió, convocaba así: Canta, que al cantar,/ sentirás una brisa inmensa de libertad. En 1985, Fito Páez compone Parte del aire, pensando en el alma de su padre: Allí va, parte del aire./ Allí va, en libertad... Para Andrés Calamaro, los otros son la causa de mi condición, en una especie de determinismo sociológico. Los otros son los que modelan lo que uno pueda ser, cuando el amor es una pasión inmanejable que lo reduce a esclavo, y el sexo es el origen del sometimiento, aunque a veces, quede una puerta abierta a la libertad. Estoy vencido porque el mundo me hizo así;/ no puedo cambiar./ Soy el remedio sin receta/ y tu amor mi enfermedad. (Mi enfermedad). Acerca de la libertad, Kant estableció que en el reino de los fenómenos hay un completo determinismo, y es imposible salvarla dentro de él. La libertad aparece dentro del reino del nóumeno: el reino moral, y no puede ser una cuestión física, es unicamente una cuestión moral, y en su reino no sólo hay libertad sino que no puede no haberla, pues es un postulado de la moralidad. En el siglo XIX la noción de libertad fue debatida como libertad humana frente a los fenómenos de la naturaleza y a la sociedad. Bergson la enfocó con relación a la conciencia. Kierkegaard la abordó desde el punto de vista religioso, y Marx, desde el social e histórico. Ya en nuestro siglo, la libertad fue analizado por pensadores analíticos, que sostienen que en vez de tratar de explicar hay que describir qué sucede al emplear expresiones relativas a acciones voluntarias o involuntarias. Pero también fue analizada como un existenciario clave para el hombre. Sartre la enmarcó como condición de la acción; la libertad es un hacer que realiza un ser. Y Ortega se anticipó al señalar que el hombre está condenado a ser libre, ya que es causa de sí mismo, pues no sólo se elige a sí mismo sino que debe elegir qué sí mismo quiere causar. Ariel Leira, escribió: Para ser libre no se necesita nada; simplemente tener ganas...(Soldado y granadero). En la década anterior, los de Sumo, en Los viejos vinagres, ya sabían del desconcierto y desorientación de una generación que en un alienado mundo de frivolidad, no la había conocido en plenitud: Para vos, lo peor, es la libertad. Pero los Redonditos de Ricota, con el shamánico Indio Solari como letrista y líder, con el Blues de la libertad, afirman que la libertad es fiebre, es oración, fastidio y buena suerte, que está invitando a zozobrar. Además, la libertad no es fantástica; ...es fanática, ya que ya no es posible soportar que todo es igual, siempre igual...todo lo mismo. Los mismos Redonditos, en Atrapado en libertad, exponen la problemática existencialista urbana, reconociéndose preso en mi ciudad;/ atrapado en libertad. A fines de los '90, Gustavo Nápoli -de La Renga-, en Hablando de la libertad, busca eludir las reglas del sistema, y ...morir queriendo ser libres, y ...romper los dientes de este engranaje. También Ciro Martínez -de Los Piojos-, en Esquina Libertad, usando como metáfora la calle de igual nombre, dice que Libertad tiene ...tantas curvas, y que No hay carteles para saber cuál es tu sendero.

Como otro ejemplo, podemos trabajar el tema de un filósofo o una problemática determinada, y ver cómo es tratarlo a través de un texto de rock y sobre el mismo, analizar, y después llegar al original, lo cual muestra la vigencia de la filosofía, negando el arcaísmo de quienes viven con que hay que saber sólo lo que dijeron los antiguos, sin vincularlo como ideas que verdaderamente tienen que ver con el aquí y ahora del hombre, con su lenguaje y su contexto, recuperando el sentido de reflexión sobre la vida. Como el adolescente tiene al rock, en general, como un fenómeno naturalmente incorporado, puede establecer un diálogo con ellos, -con los rockers-, que le permita saber cuál es el verdadero accionar de la filosofía: discernir, analizar, diseccionar las cosas; no dejarlas dadas por hechas. Dejemos para los académicos recitar de memoria La República de Platón en griego clásico. Hoy se trata de que entendamos todos.

Ahora, la pregunta será: ¿por qué no estimular, movilizar, motivar, en síntesis, despertar, el interrogante por la problemática de la libertad a partir de cualquiera de los textos de autoría rockera precedentemente mencionados? Cada profesor sabrá qué técnicas utilizar: ponga un compact, pase un vídeo, o lea sus textos, facilitando una reflexión personal de los alumnos, para una posterior interrelación con el pensamiento original de cada filósofo seleccionado.

CONCLUSIONES

La significatividad del aprendizaje reside en su relación con la vida. Podemos elegir una perspectiva que seleccione como única válida la propia, y entonces exponer la filosofía tal como nos fue enseñada, sin atender a los cambios que están teniendo lugar en nuestro contexto, pero también podemos arriesgarnos y preguntarnos si nuestros alumnos no aprenderían mejor una filosofía que esté entrelazada con sus experiencias existenciales, donde puedan descubrir las concepciones implícitas en las letras que cantan de memoria, brindándoles una oportunidad a ellos también de elegir desde la racionalidad de la reflexión, desde el aprovechamiento de sus potencialidades humanas de pensar, la posibilidad de filosofar.

Concluyendo: así como en la antigüedad, con el teatro griego, el pueblo, en su catarsis, aprendía, profundizaba en los grandes dramas, y evolucionaba, sostenemos que lo mismo puede suceder en los festivales de rock, el de los grandes autores e intérpretes, de los que tienen algo valioso que decir, aunque no se coincida ni se los quiera indiscriminadamente de modelos de nuestros hijos, pero de los cuales se podrá aprender, porque tienen un mensaje, y pueden, y saben, comunicarlo, ya que también aprendemos de aquello que se pueda valorar como negativo.

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